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“México sólo tiene dos o tres años para alcanzar el éxito en la industria espacial”

<strong>“México sólo tiene dos o tres años para alcanzar el éxito en la industria espacial”</strong>

A la izquierda, un mural en honor de la ingeniera en electrónica y divulgadora de la ciencia (quien aparece a la derecha), en un edificio de Iztapalapa. Foto Roberto García Ortiz y Ap.

La Jornada, 04 de marzo de 2024, Ciudad de México. México tiene dos o tres años, a lo más, para incursionar con éxito en la industria espacial y ser potencia a escala planetaria, advirtió Katya Echazarreta (Guadalajara,1995), quien en junio de 2022 se convirtió en la primera mexicana en viajar al espacio exterior, como parte de la misión Blue Origin NS-21.

Aseguró que, en caso de no lograrse, el país perderá una importante fuente de ingresos, toda vez que las proyecciones estiman que la industria espacial llegará a un trillón de dólares en 2040.

El recién inaugurado Museo Yancuic rindió un homenaje a la astronauta al bautizar con su nombre uno de los foros del recinto ubicado en Iztapalapa. La ingeniera en electrónica y divulgadora de la ciencia jalisciense señaló, durante la ceremonia de apertura de ese recinto, que en el país la reforma espacial llevaba seis años estancada.

Se trata de una iniciativa encaminada a que las actividades espaciales sean consideradas prioritarias para el desarrollo nacional, a partir del argumento mencionado, la cual fue aprobada por la Cámara de Diputados en abril del año pasado y está a la espera de ser votada en el Senado.

Con ella vamos a crear todas esas oportunidades para que la preparación que estamos dando a los jóvenes en estos momentos sirva de algo, que tengan esos trabajos con el fin y puedan lograr todo lo que sueñan, sostuvo.

Antes, Echazarreta recordó que cuando tenía 26 años fue seleccionada para su primera misión espacial entre 7 mil personas de más de 120 países, en la que sólo había un espacio.

Aseguró que después de esa misión una niña de una casa hogar en Jalisco le cambió la vida al abrazarla y preguntarle cómo podía lograr lo que ella acababa de hacer.

“Tenía dos opciones. Número uno, una mentira: trabaja mucho, estudia mucho, prepárate y lo vas a lograr. Número dos, puedo decirle una verdad: ‘voy a trabajar todos los días hasta lograr esas oportunidades en tu propia nación, para que tú, cuando crezcas, cuando te prepares, cuando estudies, cuando hagas todo lo correcto, puedas conseguirlo desde tu propia nación.”

Compra de tecnología a precios altos

Criticó que en estos momentos sea imposible que otro connacional, mujer u hombre, consiga en México lo que ella ha hecho, sin importar que el país tenga casi 40 años con una industria y actividades espaciales. Explicó que la razón es que se compra la tecnología a otras naciones a precios muy altos.

Tenemos todo el talento necesario aquí, pero estos jóvenes que se preparan, que le echan ganas, como siempre nos dicen, que son ingenieros de los más reconocidos, se tienen que ir de la nación o terminan arreglando lavadoras. Ésa es la realidad en este momento de estas industrias de tecnología. En México hacemos manufactura, no tenemos las patentes.

Aseguró que aquí se cuenta con la capacidad, como lo demuestra que sean muchos los mexicanos que están construyendo cohetes en otros países, o como el caso de la oaxaqueña que vive en Estados Unidos e hizo el traje con el que ella viajó al espacio.

Estamos en todo el mundo logrando, afirmó la científica, quien comenzó su carrera como ingeniera en la NASA y ha trabajado para misiones como el robot Perseverancia, que está en Marte, y el orbitador Europa Clipper, que será lanzado a finales de año.

Rememoró que la citada niña de Jalisco le cambió la vida porque a partir de ese encuentro decidió quedarse y trabajar en el país, no obstante tener ofertas laborales de las empresas aeroespaciales más importantes del mundo.

En año y medio, contó, logró, con el apoyo del gobierno de aquella entidad, desarrollar un proyecto para que un grupo de cien jóvenes mexicanos pudiera vivir una experiencia espacial educacional, a partir de la cual aprendieron en una semana desde temas de ingeniería electrónica, mecatrónica y programación relacionada con la industria espacial hasta astronomía, astrofísica, ciencias planetarias, así como a pilotear, y que concluyó con la simulación de una misión al cosmos.

A pesar de su alto costo, aclaró, fue un curso en el que los participantes recibieron una beca de cien por ciento, merced la fundación con su nombre y el gobierno jalisciense. Anunció que este año se tendrá una segunda versión, con sede en la Ciudad de México y Morelos, de cuyos pormenores informará en breve.

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